Monday, June 15, 2020

Hands in Poems: Antonio Gamoneda (V)


Caigo sobre unas manos

Cuando no sabía
aún que yo vivía en unas manos,
ellas pasaban sobre mi rostro y mi corazón.

Yo sentía que la noche era dulce
como una leche silenciosa. Y grande.
Mucho más grande que mi vida.

Madre:
eran tus manos y la noche juntas.
Por eso aquella oscuridad me amaba.

No lo recuerdo pero está conmigo.
Donde yo existo más, en lo olvidado,
están las manos y la noche.

A veces,
cuando mi cabeza cuelga sobre la tierra
y ya no puedo más y está vacío
el mundo, alguna vez sube el olvido
aún al corazón.

Y me arrodillo
a respirar sobre tus manos.

Bajo
y tú escondes mi rostro, y soy pequeño,
y tus manos son grandes, y la noche 
viene otra vez, viene otra vez.

Descanso 
de ser hombre, descanso de ser hombre.

En Antología y voz (2007)

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