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Saturday, August 25, 2018

Letters in Short Stories: Eduardo Galeano (VI)

Sucedidos/2

Antaño don Verídico sembró casas y gentes en torno al boliche El Resorte, para que el boliche no se quedara solo. Este sucedido sucedió, dicen que dicen, en el pueblo por él nacido.

Y dicen que dicen que había allí un tesoro, escondido en la casa de un viejito calandraca.

Una vez por mes, el viejito, que estaba en las últimas, se levantaba de la cama y se iba a cobrar la jubilación.

Aprovechando la ausencia, unos ladrones, venidos de Montevideo, le invadieron la casa.

Los ladrones buscaron y rebuscaron el tesoro en cada recoveco. Lo único que encontraron fue un baúl de madera, tapado de cobijas, en un rincón del sótano. El tremendo candado que lo defendía resistió, invicto, el ataque de las ganzúas.

Así que se llevaron el baúl. Y cuando por fin consiguieron abrirlo, ya lejos de allí, descubrieron que el baúl estaba lleno de cartas. Eran las cartas de amor que el viejito había recibido todo a lo largo de su larga vida.

Los ladrones iban a quemar las cartas. Se discutió. Finalmente, decidieron devolverlas. Y de a una. Una por semana. 

Desde entonces, al mediodía de cada lunes, el viejito se sentaba en lo alto de la loma. Allá esperaba que apareciera el cartero en el camino. No bien veía asomar el caballo, gordo de alforjas, por entre los árboles, el viejito se echaba a correr. El cartero, que ya sabía, le traía su carta en la mano.

Y hasta san Pedro escuchaba los latidos de ese corazón loco de la alegría de recibir palabras de mujer.

En El libro de los abrazos (1993)

Para saber más:
  • En esta entrada anterior tenéis el enlace a un vídeo de Ismael Serrano leyendo la historia.

Friday, July 13, 2018

Words in Short Stories: Eduardo Galeano (V)


La casa de las palabras

A la casa de las palabras, soñó Helena Villagra, acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas rogaban a los poetas que las miraran, y que las olieran, que las tocaran, que las lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían, y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.

En la casa de las palabras había una mesa de los colores. En grandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servía del color que le hacía falta: amarillo limón o amarillo sol, azul de mar o de humo, rojo lacre, rojo sangre, rojo vino...

Monday, June 18, 2018

Letters in Books: Siete cuentos morales


"A book is the only place in which you can examine a
fragile thought without breaking it, or explore an explosive idea
without fear it will go off in your face. It is one of the few havens
remaining where a man's mind can get both provocation and privacy".

Acercándome al nobel surafricano J. M. Coetzee. Graduado en Matemáticas y en Lengua Inglesa, trabajó como programador de ordenadores, investigador, profesor, traductor y crítico literario.

El texto que me lo descubre es Siete cuentos morales (2018), un libro que se publica en español antes que en inglés. ¿La razón? El desencanto. Coetzee dice que no se identifica con el inglés. "Todo el mundo parece entusiasmado con la globalización del idioma, pero no se dan cuenta de lo que supone. Un idioma da la visión de la cultura en el que nace. Y lo que el inglés conlleva, no me interesa”.



La protagonista, Elizabeth Costello es, en palabras del autor, "arrogante, dominante, intolerante y escéptica frente a la racionalidad humana". Apareció por primera vez en Las vidas de los animales (1999) y toma el candelero de nuevo para desasosegarnos en Siete cuentos morales, un grupito de historias tersas y enigmáticas que nos desbaratan los principios con su análisis y disección del miedo, la culpa, la infidelidad, el dolor y el sufrimiento, la vejez y la muerte, la belleza, el alma y las elecciones que hacemos en nuestra vida.

"Por eso, cuando termine, dentro de tres meses o tres años, o lo que sea, volverá a ser una mujer casada, casada todo el tiempo, noche y día, y en su memoria quedará enterrado el recuerdo de cómo es estar tendida en una cama en un cálido día de verano, devorada por la mirada de un hombre que - aunque no pueda pintarla -llevará para siempre grabada en el corazón esta imagen de belleza desnuda" (p.29)

"Una palabra que sugiere un paisaje invernal y que, de alguna manera, se me ha quedado adherida, como un perro vagabundo que se arrastra detrás de mí dando gañidos y que no consigo echar. Me persigue. Me perseguirá hasta la tumba. Se quedará al borde la tumba, mirando y ladrando: lúgubre, lúgubre, lúgubre" (p.46)
"Él hizo ese viaje para hablar de la muerte, de la proximidad de la muerte, de la muerte de su madre y de cómo prepararse para ella" (p.73) 
"Detesto esa manera de pensar que ve la vida como una sucesión de problemas que el intelecto debe resolver" (p.78) 
"El mundo no sigue andando gracias al amor sino gracias al deber. El amor es agradable, un plus agradable. Pero no se puede contar con él, desgraciadamente. No siempre surge" (p.87) 
"Pero llega un momento de la vida en el que tenemos que transigir y hallar un punto intermedio entre lo que queremos y lo que es conveniente, entre la independencia y la protección" (p.94) 
"Querida, llegará el día en que a nosotros también tendrán que decirnos la verdad, la verdad sin rodeos. ¿Hacemos un pacto? Prometámonos mutuamente que no nos mentiremos, que por difíciles que sean las palabras concretas, las pronunciaremos" (p.96)
"Heidegger tuvo un famoso affaire no demasiado bien visto con Hannah Arendt cuando ella era alumna suya. En las cartas que le envió, en las que se han conservado, no dice ni una palabra sobre sus relaciones íntimas. No obstante, pregunto: ¿qué buscaba Heidegger a través de Hannah, a través de cualquier otra de sus amantes, si no era ese instante en que la conciencia se concentra con estremecedora, excluyente, intensidad antes de extinguirse?" (p.108) 
¿Hay salvación de la salvaje complejidad de la vida? ¿Tenemos los ojos abiertos a los pollitos que son triturados por razón de su sexo? ¿O necesitamos la visión lacerante del matadero de cristal para comenzar a ser conscientes de la esencia, de lo puro? Ojito, Coetzee no seduce, sólo muestra y enseña observando impasible cómo se nos reseca la boca y se nos encoge el estómago mientras nos hundimos poco a poco en las arenas movedizas de la duda.

Friday, June 15, 2018

The Heart in Poems: Eduardo Galeano (IV)



Me gusta la gente sentipensante, que no separa la razón del corazón. Que siente y piensa a la vez. Sin divorciar la cabeza del cuerpo, ni la emoción de la razón

Sunday, May 27, 2018

Words in Short Stories: Eduardo Galeano (III)



Magda Lemonnier recorta palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños, y las guarda en cajas. En caja roja guarda las palabras furiosas. En caja verde, las palabras amantes. En caja azul, las neutrales. En caja amarilla, las tristes. Y en caja transparente guarda las palabras que tienen magia.


A veces, ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las palabras se mezclen como quieran. Entonces, las palabras le cuentan lo que ocurre y le anuncian lo que ocurrirá.

Saturday, June 24, 2017

Letters in Short Stories: A Letter Never Sent


"A Letter Never Sent" is a chilling short story written by Rachel Swirsky. It is most unusual because it gets into the head of a pedophile who has not yet acted on his desires. The narrator, Marc, addresses the letter to a Dr. Wickham, presumably a psychiatrist.

My name is Marc. I am twenty-two. I need to prove to you that I am "under significant mental stress" and that I am a "threat to others." Probably you need to know something about me so that you will understand why.

Marc spends the next eight pages explaining to the doctor how he met and befriended an eleven-year-old girl named Lisa. Since we know from the beginning that Marc believes he is a threat to others, the reader spends the entire story waiting for the other shoe to drop, for something unspeakable, perhaps un-writeable to occur.

The scariest thing about "A Letter Never Sent" is that it feels authentic. It feels real. We get that Marc initially has feelings that he is uncomfortable with and that he truly tries to do right by not encouraging them, but then we realize that Marc is also not going out of his way to avoid situations where he will experience those feelings. Not really.

"A Letter Never Sent" is a terrifying story because of how trusting Lisa is and despite Marc not wanting to harm her at the beginning of the story, he remember from the first paragraph that he believes he is a threat to others. To Lisa.

"A Letter Never Sent" feels like a letter of warning to parents, that innocents can be harmed, and perhaps it is a warning letter. Perhaps it is just a solid, scary story where the fear lies in what might happen. Perhaps it is more since Swirsky has stated that it is a story she feels passionate about. Whatever "A Letter Never Sent" might be, it is a very good story and one that is worth reading despite (or because of) the fact that it is uncomfortable to read and that we might need to wash off the dirt when the last page is turned.

You can read the short story here.

Wednesday, March 8, 2017

Día de la Mujer

Xa sabedes da miña debilidade polos textos de Eduardo Galeano (1940-2015),  como mostran as numerosas entradas onde se fai referencia a este escritor, especialmente aos textos do libro Los hijos de los días (2012). Hoxe, quédavos aquí esta homenaxe ás mulleres.



Marzo 8

Homenajes

Hoy es el Día de la mujer.

A lo largo de la historia, varios pensadores, humanos y divinos, todos machos, se han ocupado de la mujer, por diversas razones:


  • Por su anatomía
Aristóteles: La mujer es un hombre incompleto.
Santo Tomás de Aquino: La mujer es un error de la naturaleza, nace de un esperma en mal estado.
Martín Lutero: Los hombres tienen hombros anchos y caderas estrechas. Están dotados de inteligencia. Las mujeres tienen hombros estrechos y caderas anchas, para tener hijos y quedarse en casa.
  • Por su naturaleza
Francisco de Quevedo: Las gallinas ponen huevos y las mujeres, cuernos.
San Juan Damasceno: La mujer es una burra tozuda.
Arthur Schopenhauer: La mujer es un animal de pelo largo y pensamiento corto.

  • Por su destino
Dijo Yahvé a la mujer, según la Biblia: Tu marido te dominará.
Dijo Alá a Mahoma, según el Corán: Las buenas mujeres son obedientes.

Monday, December 19, 2016

Letters in Short Stories: "La colección de silencios del Dr Murke"

O xoves e venres pasados tivo lugar no Auditorio do Consello da Cultura Galega o XIII Simposio O Libro e a Lectura: Ler para comprender o mundo. Este simposio reúne a diferentes expertos e promotores da cultura escrita coa finalidade de "reflexionar colectivamente, debater e reivindicar a lectura como cerna e motor de coñecemento".

Foi un alento animador coñecer as iniciativas que se están levando a cabo desde librarías, bibliotecas, centros de ensino, asociacións e editoras para continuar dando á lectura o valor que se merece. Pechouse o simposio cunha intervención de Gustavo Martín Garzo, que debuxou un fermoso esbozo do que implica contaxiar o amor pola lectura, con evocativas imaxes de paporroibos incitando a entrar en xardíns segredos, do lazo entre as apertas e as palabras, do corpo ferido como raíz das historias, ... e neste esquema de ligaduras emocionais, falando da relevancia das palabras e do silencio, fixo referencia un relato de Heinrich Böll (1917-1985) "La colección de silencios del Dr Murke."

Para min foi todo un descubrimento! Böll é un representante da literatura alemana de posguerra ("literatura de escombros"), receptor do Premio Nobel de Literatura no 1972. Desde logo a carta que aparece no relato non é para nada o máis relevante, pero dame a escusa perfecta para deixárvolo no blog. É unha xoia con múltiples capas de lectura que nos recorda que as coleccións verdadeiramente valiosas son as de lugares interiores. Invítovos a gozar da súa lectura (tradución de José Moral Arroyo).


Querida radio: Seguramente no tienes una oyente más fiel que yo. Soy una mujer anciana, una abuelita de setenta y siete años y te escucho a diario desde hace treinta años. Siempre he sido pródiga en alabanzas. Tal vez recuerdes mi carta sobre la emisión «Las siete almas de la vaca Kaweida». Era una emisión magnífica, pero hoy tengo que enfadarme contigo. El abandono en que tiene la radio al alma de los perros va resultando indignante. ¿A eso llamas humanismo? Hitler tenía, sin duda, sus defectos: si ha de creerse todo lo que se dice, era un hombre malo, pero hay algo que no se le puede negar: amaba a los perros y hacía cosas por ellos. ¿Cuándo recobrará el perro sus derechos en la radio alemana? No como lo hiciste en el programa «Como gato y perro», así no; aquello fue un insulto para cualquier ser perruno. Si mi pequeño Lohengrin pudiese hablar, te lo diría. Y cómo ladraba, mi perro querido, mientras se emitía tu desastroso programa, ladraba que a una se le deshacía el corazón de vergüenza. Yo pago mis dos marcos mensuales como todos los oyentes y haciendo uso de mis derechos pregunto: ¿Cuándo recobrará el perro sus derechos en la radio alemana?

Con todo cariño, aunque esté tan enfadada contigo,

tu JADWIGA HERCHEN, SUS labores.

P. D. —Si ninguno de los cínicos sujetos que te buscas como colaboradores es capaz de dignificar el alma canina en la forma debida, sírvete de mis modestos ensayos, que te adjunto. Renunciaría a los honorarios. Los puedes transferir a la sociedad protectora de animales.

Adjunto: 35 manuscritos.

Tu,

J. H.

Tuesday, September 13, 2016

Letters in Short Stories: "As cartas"

Mia Couto selecionou 38 textos, publicados originalmente em jornais e revistas ao longo dos últimos anos, para esta coletânea que chamou de Na berma de nenhuma estrada (2001). Nestes contos, cada novo encontro com a sua escrita significa uma viagem que não queremos ver terminar. 

A intensidade das personagens, a multiplicidade de registros em que as várias tramas ocorrem, o universo do fantástico e do sobrenatural coexistindo em perfeita sintonia com o cotidiano da tradição, da cultura e da vivência; a capacidade de fabulação e a oralidade sonora da palavra escrita são encantatórias e misteriosas.


Fonte: http://www.miacouto.org

As cartas

Marcelo foi transferido para Mutara, cidade que ficava para além de todo outro lugar. A mulher, Nurima, ficou sozinhando-se, tomando conta das coisas e da restante vida. A espera é uma tecedura, a gente cria presenças com materiais de ausência. Os dedos de Nurima desinventam dias, em desconto de saudades. A esposa: habituada, não habitada.

Até que, uma certa tarde, chegou de Mutara a inesperada visita. Era Florlinda, familiar sem parentesco certo. Entrou, sentou, espraiou aqueles silêncios que antecedem as grandes falas. Depois, disse:

- Quero lhe avisar: há cartas

Nurima não entendeu mas aparentou impavidez. Não é de tom reclamar faltas de entendimento. Mandam as boas normas que se aguarde, pondo silêncios em fila indiana. Nurima esperou que a visitante se explicasse. Florlinda, de facto, prosseguiu: que havia cartas circulando entre as mulheres de Mutara. Essas cartas relatavam sobre Marcelo, o solitário marido.

- Marcelo? E o que dizem essas cartas?
- Nem deseje saber, Nurima. Essas cartas são uma ameaça para a senhora e sua pessoa.

Então, ela versou sobre o conteúdo das missivas: pedia-se nesses escritos que as mulheres, as mais belas de Mutara, amassem o dito Marcelo. Pedia-se que o tratassem nas palmas e nas mãos, que lhe adocicassem a vida e lhe entornassem as mais melosas ternuras. Nurima enxugou a garganta mas não exibiu gesto nem desgosto. No fim de uma pausa, inquiriu:

- E Marcelo, ele sabe dessas cartas?
- Do que posso testemunhar, a vida dele é serviço e casa, tudo a hora puntuais.

E as duas, tu-aqui, tu-ali, se colocaram a par. O tempo se antecipou e a noite encerrou a conversa. Nurima, na despedida, deixou sussurrar uma ansiedade:

- Me avise, se encontrar caso disso.
- Vou pensar numa maneira de travar essas cartas. Fique tranquila.

Nurima lhe segurou o pulso querendo, quiçá, confessar alguma intimidade. Mas ela ficou às portas do corpo, sem chegar a dizer nada. E a visitadora se adentrou na noite.

Passaram-se semanas e Florlinda revisitou a amiga. Beberam chá. pilaram assuntos de nenhuma importância. Fingiam não haver uma tema, ignoraram o nó em suas gargantas. Até que Florlinda, resoluta, lhe expôs o seu plano para eliminar a pouca-vergognhação de tais cartas. Ela relatou suas maquinações, divertindo-se com detalhes. Nurima não acompanha o entusiasmo da amiga, estranhamente ausente. Até que interrompeu Florlinda:

- Não faça nada disso.
- Mas, então, e Marcelo, seu marido?
- Não faça nada, lhe peço... Deixe as cartas sossegadas.
- Mas como posso deixar?
- Eu lhe explico. Fui eu que escrevi essas cartas.
- Você, Nurima?
- Sim, fui eu que as envelopei e as enviei, por mão de um qualquer miúdo, a todas essas mulheres.
- Você? E porquê fez isso?
- Porque o meu Marcelo é um homem bom. Tão bom, tão doce que não merece castigo de ausência.
- E se ele escorregar com alguma dessas inavergonhadas?
- Se isso acontecer ele irá descobrir, no final, que nenhuma mulher lhe ama tanto como eu.

Florlinda está indeferida para juízo. Ela despondera, sacode a cabeça, encolhe os ombros. À despedida, confessa:

- Nurima: quero dizer uma coisa. Mas prometa que não se zanga.
- Zangar? E porquê?
- Porque eu fui essa mulher, a primeira a receber a carta fui eu. E eu, Nurima... nessa noite mesmo, eu dormi com seu marido.
- Eu já sabia, Florlinda. Soube isso desde sua primeira visita.
- Eu vim porque...

Nurima, maternamente, lhe cola o dedo sobre os lábios. Um mando de silêncio, para que a outra não prossiga. Mas tudo desempenhado com carinho, como se não restasse senão oculta gratidão.

- Eu sei porque você veio...

Caixa de correio (Bergamo, Italia)

Monday, September 12, 2016

The Heart in Books: Galería de saldos

Nos sete anos de andadura do noso club de lectura en Ribeira temos lido novela, poesía, teatro e relato curto. Non deixou de chamarme a atención que os libros de relatos curtos, que tanta relevancia teñen na literatura en lingua inglesa de ambos lados do océano, sempre fosen os peor valorados, especialmente polo público masculino. 

Das diferentes coleccións que lemos (unha escolla propia dos "clásicos" do século XX americanos; Summer Lies; Pieces for the Left HandThe ASBO Fairy Tales e Tales of the Unexpected) só esta última recibiu valoracións positivas. E eu que son gran amante deste xénero porque me parece de gran mestría condensar nunha pílula literaria argumento, personaxes e contexto, cun efecto dramático ou reflexivo e un tratamento completo ou satisfactorio do tema, pregúntome por que seguimos considerando o relato curto de segunda división no campo de xogo da literatura universal.

Paréceme raro porque, ademais, o relato curto vén da tradición oral, especialmente abundante en Galicia, e con marabillosos expoñentes tamén na escrita (Castelao, Otero Pedrayo, Neira Vilas,  Manuel Rivas, Séchu Sende). Alén disto, existen numerosos certames e premios de relato curto que  indican o interese por este tipo de textos. Daquela, que pasa cos lectores? Será que asociamos relato curto a conto? E que o conto tamén segue un pouco menosprezado e enclaustrado nun nicho de lectores específico? 

En todo caso, alégrame atopar coleccións de relatos curtos en galego coma a que hoxe presentamos, Galería de saldos (2016) de Diego Giráldez, ilustrados por Iago Sánchez Losada. Era para min o primeiro texto deste autor e fascinoume desde o inicio, ese dobre epígrafe gin-tonic que presenta o binomio arte-mentira/verdade sazonado coas especias da retranca.


Replandece a lingua, moi Paul Auster, cun coidado traballo de xastrería no padrón das frases, os hilváns das oracións e os parágrafos, e o rematado da estrutura narrativa da colección de relatos. Este capeado postmodernista de elementos, cun coidado e organización case compulsivo, é crucial na fiada de temas de cada historia así como na estrutura global do libro.

A escrita e a súa experimentación formal non pasan desapercibidas, chaman a atención sobre si mesmas, e alértannos tanto da historia como do xeito en que se conta. Así sorprende atopar na lectura adxectivos con guións, ao estilo da lingua inglesa ("auriculares-brancos-Apple" (p. 14); "un tampax de por-se-acaso" (p. 36); "a tribu adolescente deixo-de-estudar-para-facer-un-módulo" (p. 40)) ou palabras-xogo ("As pílulas antidepresivas eran as fieis mascotas grazas ás cales sobremorría"  (p. 52)).

A maior habilidade formal, ao meu parecer, radica nas descricións. Coma no Hemingway de "A Clean, Well-Lighted Place" ou "Hills Like White Elephants", a prosa de Giráldez é aparentemente simple, directa, sen adornos. Quizais como no caso do americano, sexa herdanza do estilo xornalístico e da continua revisión para deixar só o imprescindible, o que marca. Ambos evitan o sentimentalismo barato, pero usan un estilo directo e persoal, rico en imaxes vigorosas con textura terrosa, con palabras lustradas e relocentes. Vaian algunhas mostras:

"Cori ten os dentes contaminados polos excesos e os ósos podres; as pálpebras mornas e os peitos tristes" (p. 23)

"Era un home astuto, suramericano de pel, con pelo de fregona usada e pupilas mecánicas" (p. 29)

"É unha mosca transparente con ás de papel cebola. A súa inxenuidade é toda de vidro" (p. 36)

"Agora xa ten corenta e sete anos - menos un verán- e unha sensación que restarlle ás plantas dos pés" (p. 45)

"Señoras que, grazas a un simple aceno sacramental, soportan a presión dos plenilunios do escaparate de Loewe para non se converter en lobas" (p. 116)

"Rebeca botábase tanto de menos que tan só era quen de soñarse sorrindo nunha praza de Lisboa..." (p. 122)

"Porque a cama da Otero era un poliedro no que cabalgaban señoritos e xente do común, sotanas e bastóns de mando, policías e ladróns, pistolas e flores" (p. 153)

Tamén chaman a atención os aforismos-case-greguerías que pintan imaxes tan vívidas coma as das obras de arte que ilustran cada relato:

"As cidades non teñen por que chorar por ti. Nin sequera están obrigadas a saber que sofres. Elas só coñecen a coreografía da habitualidade. E bailan" (p. 40)

"Vivir a infancia no sea dunha familia que non te escoita é almorzar cada mañá nun estado de sitio axeográfico" (p. 46)

"A sinceridade é coma unha escopeta cargada en mans dun chimpancé" (p. 57)

"Non hai coma ter unha nai en  nómina traballando na cadea dos sorrisos que non esperas" (p. 92)

"Pasarei a noite nesta pompa de xabón de cianuro" (p. 110)

"Ninguén saberá endexamais se é de xustiza que unha muller viva nun parto eterno, que non deixe nunca de empurrar para subministrar vida" (p. 116)

As descricións sucintas e a narrativa directa con puntadas líricas son as que nos invitan precisamente a ir deshilvanando cada un dos personaxes de Galería de saldos. E ao contemplalos vemos que están en crise, sós, á deriva ou nunha situación de desequilibrio,  tanto que se achegan ao límite do que poden aguantar ou mesmo o traspasan -moi Austeriano tamén. A busca da identidade e a incerteza, relatividade, inacessibilidade e elusividade resultantes lévaos á reflexión e ás veces á condena, no seu esforzo imposible por agarrar ese eu intanxible.

Os límites do eu tamén se difuminan ou multiplican,  o individuo amalgámase coa sociedade, nunha interdependencia faulkneriana do home co seu ambiente social. Coma Faulkner, Giráldez recréase na creación de retratos despiadados, "xente de carne e óso que é quen de erguerse e proxectar unha sombra".  Explora a sociedade do mesmo xeito que o fai o narrador de "The Man of the Crowd" (Edgar Allan Poe), espiando inicialmente a multitude para despois zoomear no individuo en particular, destripando a anatomía da sociedade, criticando os roles asignados, buscando a identidade (ou ausencia ou fragmentación dela) do individuo e retratando a fuxida da soidade. A realidade imponse, e esta dialéctica adoita rematar co individuo absorbido pola sociedade -"Ce grand malheur de ne pouvoir être seul". Malia todo, ata os ciclos do corazón poden resultar daniños:

"Acadaba o acougo cando, con dous dedos, atopaba o corazón no pescozo e se convencía de que todo era mentira" (p. 24)

"Gloria é imbécil máis sigo con ela, por amor. Gasta corazón de látex e bicos de cloroformo" (p. 36)

"Escribían con fume corazóns de fotonovela cando un compañeiro do músico, un percusionista sen tacto, abriu a porta do bar para avisar do comezo do ensaio" (p. 140)

Nin sequera a arte dá unha vía de escape na Galería de saldos, máis ben, é un xeito de "atopar orde no caos, de enfrontarse á vida" (Robert Hayden), e así aparece totalmente mercantilizada: no líquido desatoador, nun bolso, nunha almofada, un calendario, un edredón ou unha tatuaxe entre outros.

Só dúas cousas nos salvan de embarrancar no pesimismo: inspirar as reviviscentes burbullas da intertextualidade (música (Palito Ortega, Marisol, Adriana Varela, Luis Eduardo Aute, The Eagles, Magín Blanco, ...), literatura (Anne Sexton, Baudelaire, Iolanda Zúñiga, Jane Goodall,...), cine (Roger Corman,  Ben-Hur, Sunset Boulevard,...) e por suposto esculturas e pinturas); e por outra banda, elixir a imaxe que nos permita alentar, e unha das vantaxes dos relatos curtos é que nesta galería hai moito onde escoller. Persoalmente, quédome con dúas: o zapato cheo de puntos de cores en papel charón e os poemas horribles dos que se aman mentres tragan a neurodexeneración.


Thursday, June 16, 2016

Letters in Short Stories: Eduardo Galeano

Eduardo Galeano (1940-2015), que ya he comentado o referenciado en varias anotaciones previas, nos dejó un hermoso cuento naif  llamado "Las cartas de amor", que podéis leer íntegramente aquí. Es una oda a los amores imprevistos, como el que surge en este café. Ella se acaba marchando, pero promete mandar una carta cada quince días y así lo hace durante quince años. Él, por su parte, las va almacenando en una caja fuerte, hasta que un día las cartas dejan de llegar.


Os invito a escuchar este cuento en la voz afrutada de Ismael Serrano, que también tiene el don de tejer historias con sus palabras y su voz.



"El poeta es un niño asustado que a través de la poesía trata de generar un espacio de encuentro para sentirse acompañado”
(Ismael Serrano)



Wednesday, April 13, 2016

Letters in Books: El cazador de historias


La primera persona que me habló de Eduardo Galeano (1940-2015) fue Matilde Cobas, que me regaló Memoria del fuego. Aparte de éste, no he leído demasiado de Galeano, sólo sus tres últimos títulos: Espejos (2008), Los hijos de los días (2011) y Mujeres (2015). Aún así, cada libro es una experiencia de aprendizaje, por su manera intensa de narrar y porque siempre hace muchísimas referencias que te llevan a tirar de muchos hilos. Por ejemplo, en Mujeres no sólo tiene relatos de iconos como Sherezade, Marilyn Monroe o Rigoberta Menchú, sino también de las olvidadas, de mujeres anónimas o colectivos como las guerreras de la revolución mexicana o las luchadoras de la comuna de París.

Coincidiendo con el aniversario de su muerte, se presenta El cazador de historias, texto que el escritor uruguayo dejó terminado antes de morir, y Babelia publica algunas de las historias que se incluyen en el volumen. Agradezco a Miro Villar el haber compartido el enlace, porque ya veréis que el relato es verdaderamente conmovedor. Para el año que viene, en nuestro proyecto, en vez de postales vamos a mandar cartas al mar, que nos queda cerquita y tienen más proyección.

La carta y la vida

En cierto día de octubre de cada año, sonaba el teléfono en la casa de Mirta Colángelo:

- Hola, Mirta. Soy Jorge Pérez. Ya te imaginás por qué te llamo.  

Hoy hace dieciséis años que encontré aquella botella. Te llamo, como siempre, para celebrarlo.  

Jorge había perdido el empleo y las ganas de vivir, y andaba caminando su desdicha entre las rocas de Puerto Rosales, cuando encontró una de esas naves de flota que los alumnos de Mirta arrojaban, cada año, a la mar. Dentro de cada botella, había una carta.  

En la botella que encontró Jorge, la carta, muy mojada pero todavía legible, decía:  

- Me llamo Martín. Tengo ocho anios. Busco un amigo por los caminos del agua.  

Jorge la leyó y esa carta le devolvió la vida.


Friday, April 1, 2016

Writing in Books: Mala letra

I love short stories. I think it's probably an acquired taste, and I must thank my American literature teacher, Patricia Fra, for introducing me to the genre and for getting us acquainted with the short stories of William Faulkner, Tennessee Williams, Raymond Carver, Flannery O'Connor or Mark Twain among others. I am a very forgetful person, but the details of  "Barn Burning", "A Good Man is Hard to Find" or "A Rose for Emily" have never escaped my mind.

A short story is so brief that, as the Encyclopaedia Britannica says, "the form encourages economy of setting, concise narrative, and the omission of a complex plot; character is disclosed in action and dramatic encounter but is seldom fully developed. Despite its relatively limited scope, though, a short story is often judged by its ability to provide a “complete” or satisfying treatment of its characters and subject." As a genre, it has received little critical attention, and in fact, in the 19th century there was a prevalence of two words, "sketch" and "tale", which establish the polarities of the milieu out of which the modern short story grew.

However, I share William Boyd's view in this article from The Telegraph where he claims that story-telling is hard-wired into our human discourse and that the short form is more natural to us than longer forms, since the stories we tell to each other are short and there is an unconscious predisposition in our minds for the short narrative.

The last collection of short stories I read was Mala letra (2016), by Sara Mesa. As soon as I saw it, it caught my attention because of its cover, which I am sure most of us are familiar with, thanks to the "Cuadernos de caligrafía Rubio" that were an essential part of our school education.

The stories are a real delight, exploring subjects such as guilt, lack of freedom, prejudices, fear or childhood. Personally, my favorites are "Apenas unos milímetros", "Papá es de goma" and "Mármol". We will focus on the last one in this entry: "Mármol", which is also the story that gives its title to the book.

The story made me recall the movie Monsieur Lazhar, since I think both have the purpose of presenting us with a situation (a suicide at a school, a  student's in the book, a teacher's in the movie), exploring the feelings of the people involved and showing us how they deal with their deep hurts while suffusing the story with sadness as well as humor.

On top of that interesting storyline, the subplot of the story focuses on the act of writing itself, which is the reason why I am posting the entry. The narrator is traumatized by her science teacher, who was obssessed with the way she grabbed the pencil, "Parece que tuvieras un muñón, me decía, se te van a hacer callos en los dedos, así sólo te sale mala letra, vas a escribir bien cueste lo que cueste, ¡vas a escribir bien cueste lo que cueste!, repetía, y me mostraba el reverso del cuadernillo con sus dos dibujitos de las manos - está bien claro, ¿no?-, una cogiendo el lápiz bien, la otra cogiendo el lápiz mal, el secreto para una escritura armoniosa y delicada es tomar bien la pluma, sin apretarla, y escribir siempre despacio, no como yo, bruta, cabezota, terca como una mula, te empeñas en hacerlo mal queriendo" (p.23).


However, and as Banu Mushtaq once said, "Writing is an act of rebellion", and the girl goes on writing, first love letters that she then destroys, because the pleasure really resulted from writing them, "en la libre salida de la mala letra de mi lápiz cogido libremente" (p.26); and then becoming a writer ("more or less a writer" as she says) who still resents that science teacher, "Cuánto me gustaría ahora - si es que aún vive- decirle a aquel maestro que a pesar de coger mal el lápiz, y con mi mala letra incluso, acabé por hacerme escritora" (p.23).

In any case, the story makes us aware of the importance of "creative writing", which neurolinguistics has shown to be really good for your brain, since it combines handwriting and cognitive writing proccesses, memory, information processing and integration and verbal thinking. But beyond these benefits, it can be therapeutic, an enjoyable process, a way out.

“I like nonsense, it wakes up the brain cells.

Fantasy is a necessary ingredient in living.” 

(Dr. Seus)