HEART
Some people sell their blood. You sell your heart.
It was either that or the soul.
The hard part is getting the damn thing out.
A kind of twisting motion, like shucking an oyster,
your spine a wrist,
and then, hup! it's in your mouth.
You turn yourself partially inside out
like a sea anemone coughing a pebble.
There's a broken pop, the racket
of fish guts into a pail,
and there it is, a huge glistening deep-red clot
of the still-alive past, whole on the plate.
It gets passed around. It's slippery. It gets dropped,
but also tasted. Too coarse, says one. Too salty.
Too sour, says another, making a face.
Each one is an instant gourmet,
and you stand listening to all this
in the corner, like a newly hired waiter,
your diffident, skillful hand on the wound hidden
deep in your shirt and chest,
shyly, heartless.
CORAZÓN
(traducido por María Pilar Somacarrera Íñigo)
Algunos venden su sangre. Tú vendes el corazón.
La otra opción era vender el alma.
La parte más difícil es sacarte el maldito trasto.
Una especie de respingo, como al sacar una ostra de su valva,
tu espina, una muñeca,
y entonces, ¡alejop! ¡ya está en tu boca!
Una parte de ti se vuelve del revés
como una anémona marina escupiendo un guijarro.
Se oye un ¡plaf! interrumpido, el ruido
de tripas de pescado al caer en un cubo
y ahí está, un enorme y brillante coágulo de rojo intenso
del pasado aún vivo, que yace entero en el plato.
Se lo pasan de uno a otro. Es resbaladizo. Lo tiran,
pero también lo saborean. Demasiado áspero, dice alguien; demasiado salado.
Demasiado agrio, dice otro, poniendo mala cara.
Cada uno es un improvisado gourmet,
y tú estás escuchando todo
en una esquina, como un camarero inexperto,
con la mano, tímida y hábil, en la herida oculta
dentro de la camisa y el pecho,
abatido, sin corazón.
En La puerta (2009)
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