Monday, June 18, 2018

Letters in Books: Siete cuentos morales


"A book is the only place in which you can examine a
fragile thought without breaking it, or explore an explosive idea
without fear it will go off in your face. It is one of the few havens
remaining where a man's mind can get both provocation and privacy".

Acercándome al nobel surafricano J. M. Coetzee. Graduado en Matemáticas y en Lengua Inglesa, trabajó como programador de ordenadores, investigador, profesor, traductor y crítico literario.

El texto que me lo descubre es Siete cuentos morales (2018), un libro que se publica en español antes que en inglés. ¿La razón? El desencanto. Coetzee dice que no se identifica con el inglés. "Todo el mundo parece entusiasmado con la globalización del idioma, pero no se dan cuenta de lo que supone. Un idioma da la visión de la cultura en el que nace. Y lo que el inglés conlleva, no me interesa”.



La protagonista, Elizabeth Costello es, en palabras del autor, "arrogante, dominante, intolerante y escéptica frente a la racionalidad humana". Apareció por primera vez en Las vidas de los animales (1999) y toma el candelero de nuevo para desasosegarnos en Siete cuentos morales, un grupito de historias tersas y enigmáticas que nos desbaratan los principios con su análisis y disección del miedo, la culpa, la infidelidad, el dolor y el sufrimiento, la vejez y la muerte, la belleza, el alma y las elecciones que hacemos en nuestra vida.

"Por eso, cuando termine, dentro de tres meses o tres años, o lo que sea, volverá a ser una mujer casada, casada todo el tiempo, noche y día, y en su memoria quedará enterrado el recuerdo de cómo es estar tendida en una cama en un cálido día de verano, devorada por la mirada de un hombre que - aunque no pueda pintarla -llevará para siempre grabada en el corazón esta imagen de belleza desnuda" (p.29)

"Una palabra que sugiere un paisaje invernal y que, de alguna manera, se me ha quedado adherida, como un perro vagabundo que se arrastra detrás de mí dando gañidos y que no consigo echar. Me persigue. Me perseguirá hasta la tumba. Se quedará al borde la tumba, mirando y ladrando: lúgubre, lúgubre, lúgubre" (p.46)
"Él hizo ese viaje para hablar de la muerte, de la proximidad de la muerte, de la muerte de su madre y de cómo prepararse para ella" (p.73) 
"Detesto esa manera de pensar que ve la vida como una sucesión de problemas que el intelecto debe resolver" (p.78) 
"El mundo no sigue andando gracias al amor sino gracias al deber. El amor es agradable, un plus agradable. Pero no se puede contar con él, desgraciadamente. No siempre surge" (p.87) 
"Pero llega un momento de la vida en el que tenemos que transigir y hallar un punto intermedio entre lo que queremos y lo que es conveniente, entre la independencia y la protección" (p.94) 
"Querida, llegará el día en que a nosotros también tendrán que decirnos la verdad, la verdad sin rodeos. ¿Hacemos un pacto? Prometámonos mutuamente que no nos mentiremos, que por difíciles que sean las palabras concretas, las pronunciaremos" (p.96)
"Heidegger tuvo un famoso affaire no demasiado bien visto con Hannah Arendt cuando ella era alumna suya. En las cartas que le envió, en las que se han conservado, no dice ni una palabra sobre sus relaciones íntimas. No obstante, pregunto: ¿qué buscaba Heidegger a través de Hannah, a través de cualquier otra de sus amantes, si no era ese instante en que la conciencia se concentra con estremecedora, excluyente, intensidad antes de extinguirse?" (p.108) 
¿Hay salvación de la salvaje complejidad de la vida? ¿Tenemos los ojos abiertos a los pollitos que son triturados por razón de su sexo? ¿O necesitamos la visión lacerante del matadero de cristal para comenzar a ser conscientes de la esencia, de lo puro? Ojito, Coetzee no seduce, sólo muestra y enseña observando impasible cómo se nos reseca la boca y se nos encoge el estómago mientras nos hundimos poco a poco en las arenas movedizas de la duda.

No comments:

Post a Comment