Oí hablar por primera vez de Agustín Lara, el "Schubert Jarocho", el 4 de mayo, después del concierto de Pedro Guerra en Santiago de Compostela, uno de esos eventos que serpentean por las venas y que te siguen dando incluso cuando ya han concluido y las conversaciones borbotean al hilo de las canciones. Tras las palabras, los mensajes, los enlaces a vídeos y las lecturas para intentar reconstruir una figura desde la estela de su música y sus letras.
Un artículo (que recojo a continuación) hablaba de su vida sentimental tal y como se recoge en el libro Mi novia, la tristeza, aunque no parece haber acuerdo y si figura sigue conservando un halo de misterio e incertidumbre.
En la vida del compositor mexicano Agustín Lara (1887-1970)
hubo cientos de mujeres, asegura Pável Granados, pero sólo una fue la
más importante en su vida: Angelina Bruschetta.
De acuerdo con el escritor, estudioso de la vida y obra del llamado
“Flaco de Oro”, y autor del libro “Mi novia, la tristeza”, junto con
Guadalupe Loaeza, la relación sentimental de ambos duró 10 años, de 1928
a 1938. Empezó cuando él tenía 41 años.
“Agustín era un ser solitario y se enamoró profundamente de Angelina,
quien lo amó desinteresadamente cuando todas las mujeres lo buscaban
por la figura y personaje en el que se estaba convirtiendo”, explicó
Pável Granados en entrevista con Notimex.
El musicólogo supo de la existencia de Angelina cuando una de las
hermanas Águila (famosas exponentes románticas de la época) le platicó
que Agustín Lara tenía escondida en su casa a la musa de sus canciones,
pues nunca hizo vida pública con ella.
“En 1995 me fui a Puebla y encontré a su familia, pues ella ya había
muerto en 1985. Sus familiares me permitieron sacar copias de sus
fotografías y su archivo. Fastidiada de todo, ella lo abandonó en 1938.
Cuando él llegó a la casa de ambos, no la encontró más. Se llevó sus
cartas y sus fotos con él”, reveló.
Agustín Lara la buscó por mucho tiempo, incluso, le dedicaba
canciones a través de la XEW para que regresara con él, pero ella no
aceptó más.
“Para sobrevivir, Angelina trabajó como secretaria en Puebla y vivió
de una manera muy modesta. Aunque no regresó más a su lado, hasta el día
de su muerte lo amó y lo admiró. Siempre hablaba de él. Cuando las
visitas llegaban a verla les enseñaba sus fotos y si alguien le decía
que Agustín era feo, se ofendía y las guardaba”, platicó.
A la muerte del compositor de “Farolito” y “Granada”, el 6 de
noviembre de 1970, Angelina Bruschetta sobrevivió 15 años más. Escribió
el libro “Agustín y yo” y, según su familia, quedó muerta en vida cuando
él falleció.
“En la cama de un hospital, perdió la vida en 1985 y decía a sus
familiares que no se preocuparan porque se iba a reunir con Agustín.
Hasta el último día de su vida siempre desayunaba con una fotografía de
él y le platicaba.
“Fue una mujer conflictiva, era difícil acercársele y siempre se
mantuvo a la sombra de Agustín Lara, tanto que cuando ya no estuvo a su
lado, decidió quedar muerta en vida porque no se enamoró nunca más. Fue
una víctima de su tiempo y eso se me hace muy romántico, pero también
pavoroso”, subrayó Granados.
Enumerar cuántas fueron las mujeres en la vida del pianista es una
tarea imposible de descifrar, sostiene el especialista, “pues yo creo
que ni él supo con cuántas anduvo, ya que se cuentan novias, esposas y
varias prostitutas”.
“En nuestro libro destacamos a 10 mujeres, pero quizá se contaron por
cientos o miles. Angelina fue fundamental porque le ordenó su archivo y
a ella le escribió sus principales canciones, en realidad, casi toda su
producción.
“En 1917 Agustín Lara contrajo nupcias con una chica de Coyoacán. Por
celos, la prostituta Estrella, con la que anduvo, le hizo con una
navaja la cicatriz que cruzó su cara.
“También se le relacionó con la bailarina colombiana Carmen “La
Chata” Zozaya y tiempo después se casó con Rocío, la hija de la actriz
Chabela Durán”.
María Félix, la gran diva de México dijo, mantuvo una relación muy
cerebral, se querían y admiraban mucho. “Creo que se divirtieron mucho.
Agustín necesitaba una mujer del tamaño de ella, pues las anteriores
mujeres en su vida no tenían esa proyección ni éxito, pues él les
prestaba de su fama, mientras que María estaba a su nivel porque también
era una estrella.
“Sabían viajar juntos y tener a las mejores amistades. Fue un momento
de suma importancia para ellos. Fueron amigos de Frank Sinatra. Sí se
peleaban porque él era muy celoso, pero María lo quiso mucho, yo creo
que ella estaba más enamorada que él y no al revés”.
Más de 200 documentos entre cartas, servilletas con dedicatorias y
fotografías fue lo que Loaeza y Granados lograron reunir durante 10 años
de investigación para su libro “Mi novia, la tristeza”.
A lo largo de su investigación Pável Granados conoció a varias de sus
mujeres: Rocío Durán (actriz), Raquel Díaz de León (periodista), Clara
Martínez (bailarina), Vianey Lárraga (bailarina) y Yolanda Santacruz
Gasca “Yiyi”.
“La primera vez que Agustín se casó fue por la iglesia y por el
civil. Con Angelina por la iglesia, con Carmen por el civil, con Raquel
no, con María por el civil, con Gigi no se casó, pero fingió una boda
con actores.
Con Vianey no se casó tampoco con Irma Palencia. Roció Durán fue su
última esposa, con ella contrajo nupcias en 1965 en España y finalmente
murió en 1970”, concluyó.
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