Monday, October 1, 2018

Words in Books: Los enamoramientos

Decía Emily Dickinson que "el corazón quiere lo que quiere -y lo demás no le importa". Benedetti hablaba de que "existes dondequiera /pero existes mejor donde te quiero". Javier Marías  nos lo resume todito diciendo que el enamoramiento es "un estado, una conciencia que nos debilita".



Los enamoramientos es un poema extenso al que se le podrían aplicar las palabras que en el propio texto dice Díaz-Varela:
"Lo que pasó es lo de menos. Es una novela, y lo que ocurre en ellas da lo mismo y se olvida, una vez terminadas. Lo interesante son las posibilidades e ideas que nos inoculan y traen a través de sus casos imaginarios, se nos quedan con mayor nitidez que los sucesos reales y los tenemos más en cuenta" (p.154)
La historia de la voyeuse María Soltz, la Joven Prudente que observa a la Pareja Perfecta de Miguel Desvern y Luisa Alday engancha y entretiene, pero, a fin de cuentas, da lo mismo. Lo que nos deslumbra realmente es el lirismo estoico que emerge del retrato sorprendente que Marías hace del tumulto emocional del enamoramiento.

Una observación sombría que desmitifica el proceso: el empuje, la caída, el eclipse, el clímax, la monotonía, la putrefacción, la salida, la atenuación y la pérdida. Lo íntimo nos va envolviendo poco a poco en una historia contenida, implícita, carente de exageraciones. Hasta los diálogos y las reflexiones son posibilidades y no sabemos si han ocurrido realmente. Porque, ¿qué es al fin la verdad sino un juego de azar donde nadie gana?
"... uno nunca sabe si lo que se le dice es verdad, nunca hay certeza de nada que no venga de nosotros mismos, y aun así" (p.177) 
"Quizá me va a engañar con la verdad" (p.270) 
"... es ridículo que tras tantos siglos de práctica, y de increíbles avances e inventos, todavía no haya forma de saber cuándo alguien miente; claro que eso nos beneficia y nos perjudica por igual a todos, quizá sea el único reducto de libertad que nos queda... " (p.276) 
"Cuanto a uno se le cuenta se le queda incorporado y pasa a formar parte de su conciencia, incluso si no lo cree o le consta que jamás ha sucedido y que solamente es invención" (p.324) 
"La verdad no es nunca nítida, sino que siempre es maraña. Hasta la desentrañada" (p.347)
La verdad del relato se va contaminando al tiempo que se fortalece la percepción de la fragilidad -la nuestra y la de los vínculos. Nos acercamos al final inevitable, a la muerte cruel; bien del cuerpo, bien del sentimiento. Y escuece el corazón porque "nada dura lo bastante porque todo se acaba, y una vez acabado resulta que nunca fue bastante, aunque durara cien años" (p.104)
"Ya sabes: conocer a alguien nuevo, contarle la propia vida aunque sea a grandes rasgos, dejarse cortejar o ponerse a tiro, estimular, mostrar interés, enseñar la mejor cara, explicar cómo es uno, escuchar cómo es el otro, vencer recelos, habituarse a alguien y que ese alguien se habitúe a uno, pasar por alto lo que desagrada" (p.108) 
"Cuando no provocamos inmediatas pasiones, creemos que la lealtad y la presencia acabarán siendo premiadas y teniendo más durabilidad y más fuerza que cualquier arrebato o capricho" (p.139) 
"No podemos pretender ser los primeros, o los preferidos, sólo somos lo que está disponible, los restos, las sobras, los supervivientes, lo que va quedando, los saldos, y es con eso poco noble con lo que se erigen los más grandes amores se fundan las mejores familias, de eso provenimos todos, producto de la casualidad y el conformismo, de los descartes y las timideces y los fracasos ajenos, y aun así daríamos cualquier cosa a veces por seguir junto a quien rescatamos un día de un desván o una almoneda, o nos tocó en suerte a los naipes o nos recogió de los desperdicios..." (p.140) 
"... a cada uno le toca bregar con su vulnerabilidad y no con la de los otros, por muy queridos que sean" (p.110)
"... siempre hay algo que desagrada de quien está siempre ahí, a nuestro lado o enfrente o detrás o delante, el matrimonio circunda, el matrimonio rodea" (p.150) 
"Cuando alguien está enamorado, o más precisamente cuando lo está una mujer y además es al principio y el enamoramiento todavía posee el atractivo de la revelación, por lo general somos capaces de interesarnos por cualquier asunto que interese o del que hable el que amamos" (p.163) 
"Será sólo que hemos dejado de esforzarnos en nuestro entusiasta querer inaugural, no que fingiéramos y fuéramos falsas desde el primer instante" (p.164) 
"Lo que es muy raro es sentir debilidad, verdadera debilidad por alguien, y que nos la produzca, que nos haga débiles" (p.283) 
"... ay de quien se echa un enemigo de estas características por débil y menesteroso que parezca ser; si uno no tiene ganas ni tiempo de dedicarle la misma pasión y responder con igual intensidad acabará sucumbiendo ante él, porque no es posible combatir distraído en una guerra, sea declarada o soterrada u oculta, ni menospreciar el adversario terco, aunque lo creamos inocuo y sin capacidad de dañarnos, ni siquiera de arañarnos: en realidad cualquiera nos puede aniquilar, de la misma manera que cualquiera puede conquistarnos, y esa es nuestra fragilidad esencial" (p.172) 
"Cada amante sabe que el otro conoce una debilidad suya, que ante ese otro ya no puede fingir que no lo tienta físicamente, que le produce aversión o le es de todo indiferente..." (p.202) 
"Nada te revelo, tú te has dado cuenta hace tiempo y te dejas querer por mí, es agradable sentirse amado por quien nada te va a pedir" (p.212) 
"En toda relación desigual y sin nombre ni reconocimiento explícito, alguien tiende a llevar la iniciativa, a llamar y a proponer encontrarse, y la otra parte tiene dos posibilidades o vías para alcanzar la misma meta de no esfumarse y desaparecer en seguida, aunque crea que de todas formas será ese su destino final. Una es limitarse a esperar, no dar nunca un paso (...) La segunda vía es intentar colarse con disimulo en la cotidianidad de ese alguien, persistir sin insistir..." (p.223) 
"... eran los vestigios de mi enamoramiento; éstos jamás terminan de golpe, ni se convierten instantáneamente en odio, desprecio, vergüenza o mero estupor, hay una larga travesía hasta llegar a esos sentimientos sustitutorios posibles, hay un accidentado periodo de intrusiones y mezcla, de hibridez o contaminación, y el enamoramiento nunca acaba del todo mientras no se pase por la indiferencia, o más bien por el hastío" (p.326)
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