Wednesday, August 21, 2019

Books in Books: Rialto, 11


"Yo tenía una librería en Sevilla" (p.9). Así es el elegante comienzo de Rialto, 11 de Belén RubianoUna serie de 41 episodios de unos 10 minutos cada uno en el que nos hace un retrato vívido -tierno y duro a un tiempo- de sus dos maneras de leer.

La historia pasa por una biblioteca, una imprenta, una librería (central, por supuesto), cartas manuscritas, críticas, recomendaciones e interacciones con personajes variopintos: Lectores, ladrones, niños que vienen a ver el libro de Anne Hopper, la señora de Burgos, José Luis, César Romero o un señor que monta un laboratorio fotográfico para leer en paz. Habitantes de un barrio que podría ser el nuestro y que se vería enriquecido por una librera con un gusto tan exquisito y una pizarra tan descarada como los de Belén Rubiano, la mujer que parece escribir con la misma habilidad con la que habla, en un tono cercano, con claridad fotográfica y sentido del humor. 

Esa sinceridad y candor hace que nos duelan sus caídas de  "caballo de Damasco" (p.55). Duele también el presentimiento desde la primera página de que la tela que se va tejiendo con mimo, con dedicación y buen hacer, con "episodios de los hilos invisibles" (p.138) se va a acabar desgarrando en un clímax dramático.

"Lecciones de vida", decía la propia Rubiano en la presentación en Moito Conto el pasado 8 de agosto. Lecciones de vida y "almas tan inocentes que, cuando las encuentras no sabes si...". Ay, ay.

"Se anhela lo que nunca se ha tenido y se añora lo que se tuvo y se perdió. Hay tanta buena suerte en todos los rincones del verbo añorar que si la juventud no está para arruinarte por pagar su uso, no sé para qué otra cosa puede valer. De verdad que no" (p.15) 
"A pesar de mi juventud, ya sabía que quienes habían apagado muchas más velas de cumpleaños que yo a menudo defendían con más bravura un capricho que sus verdaderas creencia, si es que las tenían" (p.23) 
"... las librerías que ahora amamos las ha inventado la soledad moderna y la necesidad imperiosa de margen comercial" (p.28) 
"Lo que ese día comprendí es que, al ir viviendo, descubres que las frases hechas son en sí mismas arquitecturas vivas que se adaptan, como una segunda piel, a una geografía real de la experiencia que antes o después es para cada alma su propio campo de exterminio" (p.64) 
"Una de las muchas lecciones que aprendí allí es que, si uno no quiere, no escarmienta nunca ni falta que hace" (p.68) 
"No es sencillo distinguir, pero se puede, entre las voluntades que se llevarán a término de las que han de quedarse en vida soñada" (p.75) 
"Porque envejecer implica, creo, entre otras muchas cosas, la necesidad de encontrar con quién estar callado y el cultivo hacendoso de dicha compañía" (p.133) 
"... cumplir lo que se promete es el camino más corto para prometer cada día menos" (p.185) 
"Es que vivir desgasta, pero no suele pulir a casi nadie, nada más" (p.236)





Para saber más, reseñas de verdad:

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