Hace poco más de un año descubría la belleza intensa de una narrativa que combina la delicadeza y el desasosiego, la novela Afirma Pereira (1994) del italiano Antonio Tabucchi (1943-2012) que os conté en esta entrada anterior.
A través de las mismas manos me llegó también la versión en novela gráfica de Pierre-Henry Gomont (2017), traducida por Carlos Gumpert. La materia prima -el texto original- es brillante, pero la novela gráfica de Sostiene Pereira es igualmente magnífica, una antología de ilustraciones que permiten varias lecturas, uniendo a veces una línea de texto con doce imágenes o una imagen con múltiples diálogos.
Es de un lirismo delicioso, con ilustraciones de fuego e hielo que van desde la calidez de la luz de los tonos ocres y naranjas de los edificios lisboetas a la frialdad de la noche del régimen salazarista en azules y verdes estremecedores. La capa simbólica de las múltiples almas de Pereira se mantiene de principio a fin hasta el triunfo del yo hegemónico que tan acertadamente vaticina el Doctor Cardoso.
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