La rosa
La riqueza del centro de la rosa
es la riqueza de tu corazón.
Desátala como ella:
su reñidura es toda tu aflicción.
Desátala en un canto
o en un tremendo amor.
No defiendas la rosa:
¡te quemaría con el resplandor!
En Tala/Lagar (2005)
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