Friday, April 7, 2017

Writing in Dedications

Después de leer el título y la información sobre la publicación, el siguiente elemento que nos encontramos en un libro es la dedicatoria. Unas palabras, normalmente pocas, contadas, que destacan en esas preliminares páginas blancas, que suelen ser poéticas, breves, crípticas, secretas. "Para (...) por (...)" una frase que esconde la relación de un/a autor/a con esa persona, animal (Jacqueline Susann a su perro) o incluso objeto (Cornell Woolrich a su máquina de escribir).

El novelista Arthur Hailey comparó escribir una dedicatoria a hacer el amor en público, y jamás quiso poner el nombre de su esposa en el interior de un libro. Sin embargo, otros convierten a sus parejas o amantes  (o ambos, como Ayn Rand) en una elección obvia. 

El caso es que llaman nuestra atención, y algunas de ellas destacan por originales. A modo de ejemplo, os dejo a continuación un hermoso artículo de El País que recopilaba algunas dedicatorias salientables.


Hasta hace poco, antes de la exposición de los autores en internet, una de las pistas con las que rastrear los amores, fobias y manías de los novelistas era la dedicatoria: casi un subgénero literario, esa generalmente críptica frase con la que un autor le da sentido a las horas que le ha llevado escribir un libro han atravesado diversas fases y modas, del panegírico barroco a página entera al chiste posmoderno, pasando por el guiño romántico y la carta de odio.
Hay dedicatorias que encierran el secreto de toda una existencia, también de una traición. Por ejemplo, la del filósofo alemán Martin Heidegger que dedicó a su Ser y tiempo a su maestro, el judío Edmund Husserl, y luego lo cambió cuando los nazis robustecieron su discurso antisemita. También sirven como venganza, como la de E. E. Cummings, que llegó a dedicar una obra a todas las editoriales que lo habían rechazado. Desde la egolatría a la búsqueda de intimidad con el lector o a la ficción absoluta con personajes inventados (como la referencia al emperador de la China en el prólogo de la segunda parte de El Quijote) o al destinatario permanente (autores que dedican siempre el libro a la misma persona, con la misma fórmula, de Nabokov a Vila-Matas o Marcos Ordóñez), he aquí cinco dedicatorias curiosas en lengua castellana y otras cinco de autores extranjeros, de antes y de ahora.

Narrativa en castellano:

1.- Pero… ¿Hubo alguna vez once mil vírgenes?, de Enrique Jardiel Poncela



2.- La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela
“Dedico este libro a mis enemigos, que tanto me han ayudado en mi carrera”.

3.- La chica zombie, de Laura Fernández



4.- Don Quijote de La Mancha (segunda parte), de Miguel de Cervantes
“Dedicatoria al conde de Lemos
Enviando a Vuestra Excelencia los días pasados mis comedias, antes impresas que representadas, si bien me acuerdo, dije que don Quijote quedaba calzadas las espuelas para ir a besar las manos a Vuestra Excelencia; y ahora digo que se las ha calzado y se ha puesto en camino, y si él allá llega, me parece que habré hecho algún servicio a Vuestra Excelencia, porque es mucha la priesa que de infinitas partes me dan a que le envíe para quitar el hámago y la náusea que ha causado otro don Quijote, que, con nombre de Segunda parte, se ha disfrazado y corrido por el orbe; y el que más ha mostrado desearle ha sido el grande emperador de la China, pues en lengua chinesca habrá un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome, o, por mejor decir, suplicándome se le enviase, porque quería fundar un colegio donde se leyese la lengua castellana, y quería que el libro que se leyese fuese el de la historia de don Quijote. Juntamente con esto, me decía que fuese yo a ser el rector del tal colegio”.

5.- El mal de Montano, El viaje vertical, París no se acaba nunca, Bartebly y compañía, Doctor Pasavento, etcétera, de Enrique Vila-Matas
“A Paula de Parma”

5bis.- El 90% de los libros de Marcos Ordóñez
“Pepita Forever”.

Narrativa extranjera:

1.- La casa de hojas, de Mark Z. Danielewski
“Esto no es para ti”.



2.- Austenland, de Shannon Hale
“Para Colin Firth, eres un gran tipo, pero estoy casada, así que creo que deberíamos ser solo amigos”.



3.- An Introduction To Algebraic Topology, de Joseph J. Rotman
“A mi esposa Marganit, y a mis hijos Ella Rose y Daniel Adams, sin los cuales habría podido acabar este libro dos años antes”.



4.- El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry
“A LEON WERTH
Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Pero tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños. Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada. Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan). Corrijo, por consiguiente, mi dedicatoria:
A LEÓN WERTH
cuando era niño”



5.- Cartero, de Charles Bukowski
“Esto se presenta como una obra de ficción y no está dedicado a nadie”.



6.- Los chicos de Anansi, de Neil Gaiman
“Ya sabes cómo funciona esto. Coges un libro, saltas a la dedicatoria y descubres que, una vez más, el autor ha dedicado su libro a alguien que no eres tú.
No será así esta vez.



Porque no nos hemos encontrado todavía/no hemos tenido la ocasión de echarnos una mirada/no estamos locos el uno por el otro/no es tampoco que no nos hayamos visto en mucho tiempo/ni que estemos relacionados de algún modo / quizás jamás nos veremos, pero, confío en que, a pesar de todo ello, pensamos mucho el uno en el otro…
Este es para ti.
Con lo que ya sabes y problamente ya sabes por qué”.

No comments:

Post a Comment