Mario Benedetti (1920-2009) es uno de mis poetas predilectos, especialmente sus poemas “Viceversa”, “Táctica y estrategia” y “Pausa”.
Este
otro, “Sobre cartas de amor”, nos presenta una visión más bien
negativa de la carta de amor, ya que la comunicación escrita no puede reflejar
el sentimiento en sí porque tiene limitaciones (“un
pobre afluente”, “nunca está a la altura del paisaje”, “un calco”, “una copia frugal”) y porque además nos
hace dolorosamente conscientes de que el/la que amamos no está presente, como
sentencia en los últimos versos: “no es el amor /sino un informe de la ausencia”.
Sobre cartas de amor
Una carta de amor
no es un naipe de amor
una carta de amor tampoco es una
carta
pastoral o de crédito/de pago o
fletamento
en cambio se asemeja a una carta
de amparo
ya que si la alegría o la
tristeza
se animan a escribir una carta
de amor
es porque en las entrañas de la
noche
se abren la euforia o la congoja
las cenizas se olvidan de su
hoguera
o la culpa se asila en su pasado
una carta de amor
es por lo general un pobre
afluente
de un río caudaloso
y nunca está a la altura del
paisaje
ni de los ojos que miraron
verdes
ni de los labios dulces
que besaron temblando o no
besaron
ni del cielo que a veces se
desploma
en trombas en escarnio o en
granizo
una carta de amor puede enviarse
desde un altozano o desde una
mazmorra
desde la exaltación o desde el
duelo
pero no hay caso / siempre
será tan sólo un calco
una copia frugal del sentimiento
una carta de amor no es el amor
sino un informe de la ausencia
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